Clases de Canto | Escuela de Canto

Me encanta escribir sobre este tema, ya que es uno de los aspectos y factores más importantes a los que se tiene que enfrentar un cantante, un actor y cualquier persona que se exponga a un público. En realidad en gran parte ese miedo se debe a que el artista no está tan preparada como quisiera y es por eso que el miedo se mantiene presente por la preocupación de equivocarse o no hacerlo como la gente se esperaría. Pero también existen aspectos que se relacionan con el sistema nervioso y en este caso también con la adrenalina, etc. Así es que es un tema complejo del cual ya he hablado en algunas ocasiones, sin embargo, el día de hoy no abordaré el tema desde el sistema nervioso, sino psicológico, el cual también es muy complicado, pero espero que les guste y sobre todo que les pueda ayudar mu

Hace dos días terminando mis labores en IVT, después de dar clases, componer y producir algunas canciones entre otras cosas, me quedé un poco más tiempo platicando y compartiendo diferentes puntos de vista sobre lo que estaba produciendo con Aldo Estuardo, Karen Mondragón (directores de IVT) y con Dany Greenhill y Alejandro Morreres (dos grandes alumnos, amigos y cantantes que estudian en IVT).  Así es que después de esa dura jornada pensamos que sería bueno ir al cine, y recordé que estaba una película en cartelera en donde mi mejor amigo desde la secundaria estaba como uno de los actores secundarios. La película se llama “Nosotros los Nobles”, y quienes no la hayan visto y vivan en México se las recomiendo ampliamente, porque además de que reirán mucho, seguro les servirá de lección en la vida.

Ianis Guerrero y Eddie Robson

Antes de que empezara la película no sabía en realidad qué papel hacía mi amigo, pero es Lucho, personaje que tienen un papel importantísimo dentro de la trama. Al finalizar la película les dije a todos con mucha emoción que él era como mi hermano y mi mejor amigo de la escuela, con quien compartí varios de los mejores momentos de mi vida, pero lo más importante es que él siempre fue mi cómplice, quien me ayudó en gran parte a crecer como ser humano, como artista y como profesionista. Y aquí es donde él entra en mi historia para perder el miedo en el escenario, pues cuando estábamos en la prepa él ya quería ser actor y yo cantante. Fue él quien me puso mi primer nombre artístico. Recuerdo que estábamos sentados en una clase (nos sentábamos juntos), y comenzó a escribirme diferentes nombres que pudieran quedarme. Creo que no fueron muy buenos en ese momento, pero fue el inicio de una etapa grandiosa.

Un día entonces, uno de mis grandes y más queridos maestros de música me pidió que cantara en un concierto en donde iría mucha gente y en donde yo cantaría la canción de “Smooth” de Santana, la cual tres días antes había ganado una cantidad impresionante de Grammys. Imagínense, era la canción del momento, yo tenía 17 años y estaba muero de pánico, porque a su vez tocaría con músicos increíbles. El guitarrista tocaba impresionante, logrando un sonido muy parecido al del mismo Santana, los percusionistas eran de primer nivel, etc., así es que la presión era más grande todavía porque todos querían escuchar algo que sonara profesional. Pero lo peor de todo es que yo siempre había cantado en mi escuela, con mi familia o enfrente de mis amigos, pero nunca ante un público desconocido y en un festival donde sólo había gente profesional que dedicaba su vida a la música.

En fin, practiqué mucho esa canción y un día antes pensaba que me iba a desmayar cuando estuviera en el escenario, así es que mi mejor amigo, Ianis Guerrero (quien les repito que es Lucho en la película de “Nosotros los Nobles”), llegó a mi casa a platicar un poco, y antes de irse le conté lo que sentía y lo nervioso que estaba. Creo que nunca olvidaré ese momento, pues estábamos en la puerta de mi casa y él me dijo estas palabras que quedaron grabadas para siempre en mi memoria:

“Sabes, yo tenía el mismo problema, siempre que salía a actuar en un escenario me ponía muy nervioso y hasta olvidaba mis líneas. Intenté concentrarme en los diálogos, en lo que el director me decía, pero nunca nada me funcionó. Pensé que nunca sería un buen actor por el miedo que me daba al momento de salir a escena. Pero por parte el saber que iba a salir era tan emocionante que es lo que me mantuvo siempre decidido en que eso era lo que quería el resto de mi vida. Fue entonces que un día me puse a pensar el porqué pasaba eso en mí, y descubrí que era porque el escenario me imponía demasiado. Era como estar frente a la persona más importante que conozcas, tal vez el papa, el presidente, o alguien a quien puedas considerar muy, muy importante. Lo que te impone es esa persona, porque le tienes respeto, porque crees que esa persona espera lo mejor de ti sin conocerte, porque crees que podrá juzgarte como el mejor crítico que exista, etc. Pero cuando lo analicé me di cuenta de que aún siendo el presidente, él no me conoce, no sabe de actuación, no es más importante que yo en la parte humana, tiene grandes responsabilidades profesionales, pero yo de la misma manera tengo muchas como artista, así es que nadie debería de imponerse ante mi, porque yo también he luchado y me lo he ganado. Así es que en ese momento pensé el cómo llegaría con el presidente pensando de esa manera, y lo primero que se me ocurrió fue que sería sin el mismo respeto. Y en mi siguiente actuación vi el escenario antes de salir a escena con mucho miedo, mientras la gente esta sentada, y recordé lo que tenía que hacer. Era sólo intentarlo, así es que tuve cinco segundos para pensar y decirme a mi mismo que le perdiera el respecto, pues no era mejor que yo. Todos me había dicho siempre que el escenario merecía todo el respecto, pero tal vez eso fue lo que hizo que tuviera miedo al estar parado en él. Y ese día salí con una actitud diferente, como si nada pudiera detenerme, pues ya no me dominaba él a mi, y pensé que al que tenían que tenerle respecto era a mi, no a un piso ni a una escenografía. Ese día cambió mi vida, así es que mi único y mejor consejo, el cual no encontrarás en ningún libro, es que le pierdas el respecto a ese escenario.”

No entendía muy bien en ese momento, pero al día siguiente al ver a toda esa gente en el auditorio me puse más nervioso. Lo malo, fue que por mala suerte en el sorteo para ver quiénes pasaban primero a tocar y quiénes al último, mi grupo quedó al final. Imagínense, eran 6 ó 7 horas de concierto, así es que poco a poco la gente se fue yendo y entonces ya no estaba nervioso, estaba triste de que nadie me fuera a escuchar cuando fuera mi turno. Cuando llegó la hora de salir al escenario estaba mi mamá, mi hermano, y unas 15 personas. Pero por otra parte hubo algo muy bueno, que las luces eran tan fuertes, que al darme directamente en la cara yo no podía ver al público. Tomé el micrófono, miré fijamente el escenario y le dije: “no eres mejor que yo, no hay nadie mejor que yo y el que me merece respeto eres tú.” Así es que así lo hice, tal como Ianis me había dicho, le perdí el respeto al escenario e imaginé que habían cientos de personas viéndome.

Fue la primera vez que sentí que en verdad era un cantante profesional. Lo hice increíble y sentí por primera vez que eso era lo que quería vivir el resto de mis días. Hubo magia durante toda la canción y al finalizar toda la gente se paró por primera vez en la tarde a aplaudirle a un grupo. Los que estaban afuera del auditorio entraron y fue la mejor noche que pude haber vivido hasta ese momento, todo por pensar que tenía que perderle el respecto al escenario.

Después de ese día cada vez que salía a cantar pensaba lo mismo, así es que se convirtió en mi filosofía para perder el miedo y hasta el día de hoy la sigo utilizando cada vez que tomo un micrófono. Así es que esa es mi recomendación el día de hoy y en verdad espero que les funcione.

Les deseo un gran fin de semana y que sigan luchando por sus sueños hoy y siempre.

Eddie Robson – IVT President