Clases de Canto | Escuela de Canto

Muchas veces después de que pasa el tiempo en nuestra vida vamos dejando de soñar, de creer en seguir buscando lo que nos hacía felices cuando éramos niños, cuando las cosas eran más sencillas y decíamos: “cuando sea grande voy a…”. Siempre tratando de llegar a la Luna, de salvar al mundo, de ser valientes, ser héroes, etc. Y por qué vamos dejando todo eso conforme vamos creciendo. Yo recuerdo muy buen que cuando era un niño mi gran pasión era la música aunque no sabía absolutamente nada de ella. Nadie en mi familia se dedicaba a eso, absolutamente nadie tocaba ni la puerta, sin embargo, yo soñaba que cantaba en un gran estadio y me tiraba al piso haciendo un gran show y cuando estaba solo hablaba conmigo mismo imaginando que estaba en una entrevista en la televisión. Creo que eso lo hice diez mil veces, día tras día para mantener el sueño de ser un gran cantante. ¿No te pasó alguna vez algo similar? ¿Te has puesto a pensar si abandonaste a ese niño y a tus sueños? Si tu respuesta tiene un poco de afirmación entonces lee este blog que espero te guste.

Parte de lo que buscamos en IVT es siempre estar en contacto con las emociones y los sentimientos cuando entrenamos a alguien para poder cantar, pues eso es lo más importante para nosotros, el poder comunicar dichas emociones. Así es que en el último curso que tomé para poder crecer en ese sentido como coach, tuve una gran entrenadora que me cambió la forma de pensar 180 grados tan sólo con una mirada y con una lección que nunca olvidaré. Me miró y me hizo entender que no debía olvidarme nunca más de todos esos sueños por los que alguna vez había luchado, los que me había llevado a ser exitoso.

Al llegar a mi casa fue algo increíble, porque me puse a ver los videos y fotos de cuando era muy pequeño. Vi tantas cosas que había olvidado… no recordaba cómo había empezado en este viaje de aventuras por querer dedicarme al canto. Olvidé que entrenaba horas y horas tocando el piano y la guitarra solo en mi habitación, tratando de sacar todas las canciones de los artistas que me gustaban. Componiendo cualquier cantidad de canciones que se me ocurrían en mi cuaderno de la escuela. Incluso cuando comencé a escribir música de orquesta para mis composiciones era algo increíble, pues me quedaba hasta las 3 o 4 de la mañana escribiendo nota por nota en una partitura, haciendo creer a mis papás que ya me había dormido para que no me regañaran para ir al día siguiente a la escuela. Y siempre estaba durmiéndome, pero en mi mente no podía dejar de sonar música.

Fui creciendo, terminé la universidad y comencé a  trabajar. Todos comenzaron a decirme que tenía que dedicarme a algo ya de verdad, que no podía seguir soñando en ser la estrella que revolucionaría la música. Todos me criticaban y decían que era el parásito de la familia, el que nunca haría nada por dedicarse a la música. No saben cuántas veces escuché que me iba a morir de hambre si seguía así. Y aunque me reusaba a pesar que ellos tenían razón, poco a poco me fui olvidando de ese niño que daría su vida, que sacrificaría todo por cambiar al mundo, pues tal vez todos los demás estaban en lo correcto.

Me volví frío, sin energía, sin motivación e incluso comencé a trabajar en cosas que no me hacían feliz sino todo lo contrario, aunque en ese momento ya comenzaba a ser valorado por esas personas que me decían lo que tenía que hacer. Pero un día tomé la decisión de regresar a eso que yo anhelaba y no dejarlo aunque mi vida dependiera de ello. Y cuando digo eso es literal. Moriría si era necesario por hacer realidad mis sueños y me aparté de todo y de todos yéndome a vivir muy lejos en donde nadie me conociera y en donde no tuviera comunicación con la gente que mataba mis ilusiones. Hui y comencé a estudiar más fuerte que nunca, leía un libro de música todos los días, de negocios independientes, de canto y de todo lo que me pudiera ayudar a lograrlo.

A los seis meses regresé a México y comencé a dar clases de canto. A partir de ahí nunca más volví a dejar la música. Tuve todo el éxito que hubiera soñado alguna vez, tuve todo lo que siempre había deseado y la gente que alguna vez me dijo que me moriría de hambre si me dedicaba a la música ahora me llamaba para pedirme dinero. Pero incluso poco a poco en ese tiempo me fui olvidando nuevamente de mis sueños, y fue hasta hace unas semanas al tomar el curso que les mencionaba que volví a recordar todo lo que había generado en mi vida por creer en mi corazón. Todas las cosas buenas las recuerdo por haber tomado las decisiones que me dictó mi corazón, las cuales no tenían que ver con el dinero o con la fama, tenían que ver con cambiar al mundo y hacerlo mejor, con hacer una escuela para que la gente que alguna vez escuchaba “de qué vas a vivir si te dedicas a cantar” pudiera tener algún lugar en el cual lo entendieran y no lo dejaran caer.

El día de ayer edité un video con una rápida semblanza de mi vida para recordar por todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta donde estoy, el punto de estar en paz y feliz conmigo mismo. A veces lo olvidamos, sin embargo, cuando regresamos a ese sueño, a esas ilusiones que teníamos de niños, la vida cambia y nos da la fuerza para conquistar el mundo. Yo hoy en día soy un hombre extremadamente feliz y orgulloso de mis logros, pero por otra parte me doy cuenta que esos sueños han sido la aventura de mi vida… han sido lo más increíble que me ha pasado… han sido mi salvación cuando estaba solo, triste, cuando alguien me lastimaba… pues siempre regresaba a ellos y me hacían salir adelante y sentirme mejor.  Espero te identifiques y hagas el tuyo para verlo todos los días y recordar siempre por qué estás aquí.

Hoy me doy cuenta que cuando la gente quiere ver otra cosa de ti y te van guiando sin que te des cuenta por un camino distinto al que deseabas, la vida no tiene el mismo sentido y al final de ese camino volteas y te das cuenta que no has construido nada, que nadie te recordará por algo especial que hayas hecho ni en lo que te hayas arriesgado. Así es que nunca importa si tal vez estás mal al seguirlos, porque serás feliz al saber que diste todo lo que estaba en tu alma para ser diferente a los demás, por ser un representante de lo que pocos haría volviéndote una motivación e inspiración para miles de personas, lo que a su vez hará un mundo mejor.

Si crees que has olvidado o perdido a ese niño que llevas dentro, búscalo, mírate al espejo y comienza a encontrarlo nuevamente. Ve tus fotos, tus videos de cuando eras bebé y mira tu inocencia, tu humildad, tu cara de amor. Reencuéntrate con ese niño que fuiste y vuelve a creer, vuelve a confiar en tu fuerza, en tu pasión, en tu corazón. Nada es imposible en esta vida. Lo imposible lo hacemos nosotros en nuestra mente, así es que jamás dejes nuevamente que te digan cómo tienes que ser, porque te aseguro que hay gente allá afuera que está esperando a alguien como tú, alguien que no se rinda y le sea fiel a sus ideales, pues gracias a ese tipo de gente el mundo sigue de pie.

Te mando un gran saludo y espero que este blog te haga reflexionar para volver a comenzar y tomar de nuevo el rumbo de tu vida, basándola en tus sueños y en ese niño que estoy seguro, jamás volverás a dejar ir ni apartarse de tu lado.

Te deseo un gran día y cambia el mundo, pues si yo confío en ti, por qué tú no habrías de hacerlo.

Con todo mi cariño.

Eddie Robson – IVT President