Clases de Canto | Escuela de Canto

Hace algunos días publicamos un blog del maestro de maestros John Henny en el cual comentaba sobre los problemas que llegan a tener los cantantes, pero que a su vez los hace mejores y más fuertes. Y uno de los puntos más importantes era el que rara vez conocemos a un cantante, músico o artista que no haya pasado por momentos económicos críticos en los cuales no tiene para pagar sus deudas. Y ese el caso de casi todos los cantantes que conozco, pero lo más interesante es que como decía John, casi no recuerdo a nadie que haya tenido éxito y que no haya sufrido esta situación, si embargo, conozco a miles que nunca lo han pasado y a pesar de millones invertidos en sus proyectos por ser de familias adineradas, el público nunca los aceptó y no pudieron despuntar jamás en este difícil ambiente. Es por eso que les contaré un poco de mi experiencia en este tema, esperando que esta historia pueda inspirarlos como siempre a seguir luchando por sus sueños a pesar de no tener dinero.

Si supieran cuántos emails nos llegan todos los días de gente pidiéndonos que le demos una oportunidad porque quieren llegar a ser como Madonna o Michael Jackson por ejemplo, se quedarían asombrados. Desafortunadamente hay dos razones por las que no podemos ayudarlos, porque IVT es una escuela que se rige por reglas internacionales que tenemos que seguir, dependiendo de las decisiones de mucha gente. Y la segunda, es que aunque pudiéramos ayudar a la gente regalándoles la colegiatura, no lo haríamos, ya que ese es uno de los factores que hacen que alguien sea grande, que luche por lo que quiere y que no se lo regalen. He visto pasar a miles de alumnos diciendo en su primer día de clases que están dispuestos a dar la vida por lograr ser famoso como cantantes, sin embargo, puedo contar con mis dedos de una mano a las personas que recuerdo haciendo esto por lograrlo. Y créanme que dentro de esas personas no hay nadie a quien le hayan regalado las cosas.

Pero les contaré mi propia historia en esta ocasión. Mucha gente piensa que yo soy una persona que nació en cuna de oro y que mis padres me lo dieron todo sin que me costara el llegar a donde estoy hoy en día. Hace algunos años recuerdo cuando yo iba en la preparatoria y le dije a mi padre que quería ser cantante y dedicarme a eso cuando terminara la prepa. No olvido que en ese momento me dijo que si quería hacer eso tendría que irme de la casa, pues jamás me apoyaría, ya que yo tenía que estudiar “una carrera de verdad”. Esa frase tal vez les suene familiar a muchos. Así es que al pensarlo bien decidí que si mi familia me daba la espalda completamente tal vez no tendría para comer ni un techo donde dormir. Mi papá es muy severo y no se anda jamás con juegos, por lo cual sabía que eso no era una broma, ya que él fue director de una de las universidades más importantes de México y para tratar a miles de estudiantes y profesores tenía un temple de acero desde que yo era muy chico.

Así es que imaginen mi vida siendo hijo de un director de la máxima casa de estudios en México. Obviamente mi futuro serían los estudios. Desde que era niño cuando hacía mi tarea y él por casualidad llegaba a leerla y encontraba una falta de ortografía me hacía repetir toda la tarea cinco veces a mano (en ese tiempo las computadoras apenas comenzaban a hacerse populares con Windows 3.1). Y si sacaba un ocho de calificación, era mejor que comenzara a rezar. Por una parte eso me hizo ser como soy ahora, y le agradezco infinitamente la disciplina que me inculcó, pues sin eso tampoco habría tenido éxito en mi vida. Incluso mi hermano, quien es dos años mayor que yo, tomó su ejemplo tan fuerte que durante la secundaria y la preparatoria, es decir, por seis años de estudio, sacó un día un nueve de calificación porque tenía temperatura y se sentía tan mal que no pudo concentrarse en un examen. Así es que cuando terminó sus estudios recibió una gran ovación en la ceremonia y toda la gente se puso de pie aplaudiéndole por varios minutos, ya que jamás en la historia de la escuela en la que íbamos alguien había sacado esas calificaciones. Recuerdo cómo miré a mi padre en ese momento y creo que difícilmente volveré a ver esa sonrisa y alegría, pues su hijo mayor logró lo que él quería. Para terminar con la historia de mi hermano, estudió ingeniería, hizo una maestría y un doctorado en Inglaterra donde vive ahora, trabajando como investigador en la mejor universidad de ese lugar y dando conferencias en la NASA.

Yo por mi parte era la oveja negra de la familia, ya que mientras mi hermano deseaba ser investigador y trabajar para la NASA, yo me encerraba en mi cuarto a tocar la guitarra, mi teclado y a componer mientras cantaba algunas canciones con el sueño de ser una gran estrella. Seguro que hay dos o tres personas que estén leyendo esto a las que se les haga familiar. Y así pasó el tiempo hasta que terminé la carrera a la cual había entrado para que mi padre estuviera contento. Hoy en día puedo decirles que me ayudó mucho conocer ciertas cosas que me han servido para desarrollar IVT, así es que debo de estar muy agradecido con mi papá por haberme pagado toda la carrera en una de las mejores universidades privadas de México. Lo malo fue que el día siguiente después de titularme le tomé la palabra a mi papá cuando me dijo que después de tener una carrera de verdad hiciera lo que yo quisiera. Y así fue, pues mi idea era dedicarme a la música en un cien por ciento. Con lo cual obviamente se acabaron mis privilegios en la casa, comenzando por tener cero pesos en la bolsa.

Fue así como tuve que pensar en cómo ganar dinero para mi proyecto musical. El papá de un amigo en ese momento buscaba a alguien que trabajara con él para desarrollo multimedia en un proyecto del gobierno relativo al ahorro para el retiro. Y le pedí que si no encontraba a alguien me considerara, ya que aunque yo no era un experto, me gustaba mucho todo eso y conocía las bases por lo que había estudiado en la carrera (ahí fue cuando mi conocimiento en computación y medios me ayudó). Así es que su papá me pidió que tomara algunos cursos de programación y otras materias y con gusto podría formar parte de su equipo. Entonces fui inmediatamente a inscribirme a los cursos gratuitos que mi universidad daba y me puse a estudiar como loco computación. Poco después entré a trabajar con una paga soñada para mí. Después de haber trabajado por muchos años en otras partes sin haber recibido un solo centavo, era mi primer trabajo estable con una paga. Yo no lo podía creer, pero cuando recibí mi primer cheque, lo cambié para usar una parte en mis comidas y mis transportes, y la otra para ahorrarla.

Así seguí trabajando por dos años, hasta que el director del lugar donde nuestro equipo trabajaba vio mi trabajo y me pidió que fuera el coordinador de comunicación de su campaña política, pues iba a lanzarse como Delegado del lugar en donde yo vivía. Me brincaré esa historia para contárselas en otro momento, pero decidí irme con él por otros dos años en los cuales gané 150 dólares por todo ese tiempo. Contemplando que tenía que pagar mi comida y el transporte, salí perdiendo mucho dinero del que tenía ahorrado del trabajo anterior. Finalmente el candidato no ganó y decidí que era momento de utilizar mis ahorros para hacer mi disco y en verdad dedicarme por completo a la música. Fue ahí cuando viajé a Los Angeles con el gran vocal coach de Michael Jackson, Seth Riggs, para ser un verdadero profesional, ya que para esos años ya había yo grabado mi disco en mi casa, con una computadora, una grabadora y un micrófono Shure 58. Las baterías del disco las grabé en un estudio de grabación profesional en el cual yo había trabajado como ingeniero de audio, y a cambio de mi trabajo en lugar de pagarme me dejaban usarlo cuando no había nadie. Desafortunadamente sólo pude grabar ahí la batería, pues poco después fue cuando entré a trabajar con el papá de mi amigo.

Después de estar con Seth me fui a vivir a Canadá, ya que con los que Seth cobraba por clase me hubiera alcanzado para uno o dos meses con mis ahorros. Pero en Canadá era más barato y había un gran vocal coach que Seth me había recomendado, además de que entré a estudiar Negocios de Música Independiente, algo que me ayudó muchísimo para desarrollar mis futuros proyectos. Hasta aquí yo me mantenía con los ahorros que me quedaban del trabajo que el papá de mi amigo me había dado por dos años. Y así fue como estuve seis meses durmiendo en un cuarto que rentaba por 200 dólares, comiendo atún por seis meses y caminando todo el tiempo para ahorrarme el transporte. Lo bueno fue que no tenía un gramo de grasa en el cuerpo, pero aún no sé cómo sobreviví comiendo ochenta por ciento de atún durante ese tiempo. Creo que las ganas de triunfar hacían que no pensara en eso. Recuerdo cómo en esa temporada yo casi no dormía por leer todos los libros que compraba en una tienda de música muy famosa allá. Después de dos meses creo que ya sabía todo lo que alguien podría saber no sólo de los negocios musicales, sino de cualquier negocio.

Y aquí es en donde termina la historia, ya que regresé a México a promocionar el disco que ya había grabado sin haber tomado clases de canto, sin tener un equipo profesional para hacerlo y sin la más mínima idea de qué haría después. Pero al regresar fui directo a juntar a mi banda y a mis coristas para foguearme y hacer shows en vivo con mi música, la cual obviamente nadie conocía. Por lo cual al no ser alguien famoso le dije a todos que no les pagaría, pero que ellos jamás tendrían que poner un peso, por lo menos hasta que no funcionara el disco. Y así fue, todos confiaron en mí. Lo único malo es que tenía que pagar los viáticos de unas 10 personas, incluyendo vestuarios, imagen, promoción, etc., pero como yo ya no tenía dinero ahorrado pedí un préstamo al banco, el cual gracias a mi mamá me dieron sin ningún problema. Lo malo fue que en dos semanas todo ese dinero se esfumó. Aquí viene la parte más importante y la cual considero que es uno de los tres momentos que cambiaron mi vida. Fui a entregar mi disco a unas personas y al regresar y meter la mano en mi bolsillo para sacar una moneda y tomar el camión de regreso a casa me di cuenta que ya no había ni un centavo. Busqué en la cartera y estaba completamente vacía.

Ya no tenía nada conmigo, no tenía un peso ahorrado y le debía una fortuna al banco. Yo estaba muy lejos de casa, así es que no podía irme caminando, por lo cual me senté media hora en la banqueta y con todo el dolor y la pena me acerqué a la fila de gente que estaba formada para pedir una moneda. Y no es que no pudiera hacerlo, sino que el problema era lo que significaba. ¿Hasta dónde había llegado por buscar mi sueño de ser cantante? ¿Tendría razón mi papá al decirme que me iba a morir de hambre si me dedicaba a la música? Una pareja de novios vio mi tristeza al pedirles dinero y me dieron la moneda. Aún no sé cómo contuve las lágrimas durante todo el viaje. Creo que hasta el último día de mi vida nunca olvidaré ese momento. Llegué a mi casa, le conté a mi mamá lo que había pasado y me solté a llorar como nunca. Se había acabado todo. El disco estaba a punto de salir a la venta en una de las tiendas más famosas de México, y ya no podía más, no sabía cómo salir de mis deudas. Parecía que nada estaba funcionando, Dios no quería que yo fuera cantante. Mi madre no tenía dinero para apoyarme y mi padre estaría feliz de que abandonara todo. Así es que me fui a dormir y al despertar al día siguiente dije: “ahora es el momento de dar la vida, lo único que necesito es aguantar hasta el final y no rendirme, así es que arriba otra vez”.

Esa día volví a nacer. Me levanté con más fuerzas que nunca para cumplir mis sueños y encontré la manera de tener dinero otra vez poniendo en práctica todo lo que sabía hacer y lo que había aprendido en todas partes.

Después de haber trabajado en algo que no era la música para ganar dinero, haber vivido en un país donde no conocía a nadie, donde comía atún todos los días para no gastar en lo que no fuera la música, haber estado endeudado con el banco y no haber tenido un peso para comer, hoy soy dueño de una de las escuelas de canto más prestigiadas en América, viajo varias veces al año al extranjero para hacer negocios y seguirme preparando, soy amigo de los mejores vocal coaches, productores y ejecutivos en el mundo, vivo en un departamento de lujo, tengo un auto de lujo del año, canto todos los días, ayudo a que las demás personas cumplan sus sueños y mi papá se convirtió en mi socio hace dos años.

Así es que nunca dejen de luchar por lo que quieren. Si no tienen dinero para prepararse en esta carrera consíganlo de alguna manera, piensen en cómo poder ganarlo de manera honrada aunque no duerman, den la vida, no sólo digan que la darían. Demuéstrenle a las personas que no han confiado en ustedes que sí pueden hacerlo, que no hay nada imposible en este mundo, pero lo más importante es que se demuestren a ustedes mismos que son los mejores. IVT está formado de sueños, de sacrificios, de ilusiones y de mucho, mucho trabajo. Pero eso es lo que hace que nunca haya sido derrotado, y que hoy en día sea la escuela de canto con más alumnos particulares en América Latina.

El día siguiente al que pedí una moneda tenía dos opciones, abandonar todo y dedicarme a otra cosa o levantarme más fuerte y jamás pensar en rendirme. Opté por la segunda, y gracias a eso ustedes están leyendo este blog el día de hoy.

Gracias por escuchar esta historia y espero que pueda inspirar a alguien a que nunca abandone sus sueños, sino al contrario, hay que entregar el corazón y la vida por lo que uno desea.

Les deseo un grandioso inicio de semana y hasta el próximo blog.

Eddie Robson – IVT President