Blog de Canto
Júntate con los mejores y serás siempre el mejor
Hace algunos días tuve la oportunidad de estar con algunos alumnos y cantantes platicando sobre aspectos que considero dentro del área de los negocios musicales cuando me preguntaban sobre escuelas y maestros de canto en México. Ellos me preguntaban cómo era que conocía a tantas personas que podrían parecer mi competencia y que incluso convivía constantemente con ellos. Y como parte de mi contestación también les mencioné que eso era parte de lo que yo considero que es necesario para ser muy exitoso en este medio y en la vida, es decir, el hacer alianzas con otras personas y siempre tener una buena relación con los demás, porque más que mi competencia han sido mis maestros y mis amigos, enseñándome cómo ser mejor yo mismo, lo que a su vez hará más exitosos a los que estén conmigo. Y por esta razón puedo decirles que hasta ahora nunca, nunca, nunca he tenido una lección de cómo destruir a mi competencia, al contrario, las lecciones siempre han sido sobre cómo aprender de ella. De esta manera les contaré una historia más que espero les guste y les haga pensar un poco sobre qué escuela es mejor, quién es mejor maestro, qué técnica es mejor, etc., pues es un tema que escucho todos los días desde hace mucho tiempo.
La historia comienza cuando yo tenía 16 años. Como muchos sabrán yo comencé a practicar música desde los siente, en clases de piano y guitarra, entrando más seriamente en el mundo del canto hasta los 15 años cuando tomé clases con mi primer maestro, a quien recuerdo con muchísimo cariño. Él era una persona ya grande de edad, su nombre era Manuel Peña. Desafortunadamente tuve que dejar de tomar clases porque comenzó a tener problemas de salud graves y ya era prácticamente imposible que siguiera trabajando de manera normal, así es que a veces pasaban meses sin que pudiera continuar entrenándome. Después de eso pensé que si en verdad quería dedicarme a esta hermosa carrera tenía que estar rodeado siempre de los mejore en la industria, por lo cual un día mi maestra de historia, quien supo que yo amaba la música, me dijo que su esposo era pianista y que conocía a algunas personas en disqueras. Para mí ese fue uno de los momentos más importantes en mi vida y siempre se lo agradeceré a Susy, mi maestra. Así es que me dieron el dato de alguien de Warner Music y sin pensarlo fui a visitarla, porque yo sabía que ahí en ese momento estaba como A&R una leyenda en la industria discográfica y en la educación en México y Latino América, el señor Juan Carlos Paz y Puente.
Para los que no hayan escuchado este nombre, Juan Carlos fue el A&R de Warner en la mejor etapa de Luis Miguel en los años 90. Gracias a él este cantante tuvo gran éxito en su carrera. Juan Carlos trabajó con cientos de artistas de talla mundial como Frank Sinatra. Fue director musical de muchísimos grupos y cantantes y fundador de la escuela Fermatta entre muchas, muchas cosas más. Y yo sabía que él estaba ahí trabajando, así es que imaginen a un chico de 17 años, sin un peso en la bolsa un día de 1998 sentado en la sala de espera de una de las disqueras más importantes del mundo esperando a que alguien lo recibiera. Bueno, pues pasó lo esperado, nadie me recibió. Me dijeron que estaban todos en junta y que regresara otro día. Para esto han de saber que yo hacía entre 2 y 3 horas de camino, porque tenía que tomar dos camiones de base a base y luego caminar media hora para llegar al lugar. No niego que me fui muy triste ese día y enojado por perder 6 horas en el transporte para nada, pero lo primero que pensé fue que regresaría al día siguiente. Y así lo hice nuevamente por una semana hasta que una persona me recibió, una Label Manager de Marketing Internacional. Me pasó a su oficina y me preguntó qué quería ahí. Yo sinceramente le dije que lo único que deseaba era aprender de los mejores, que no quería dinero ni nada de esas cosas, sólo aprender.
Me despidió y me dijo que ella me llamaría. Pasaron los días y no me llamó, así es que creí que no debía volver a regresar para no hartar a la gente de ahí y que me cerraran las puertas. Pero pasó lo inesperado, me llamó Claudia, la Label Manager. Me dijo que estuviera a las 10 de la mañana muy puntual al día siguiente para comenzar a trabajar y ser parte de Warner Music México. Yo estaba muy nervioso porque nunca había trabajado en un lugar así, siempre había hecho otras cosas para ganar dinero, pero jamás de lo que amaba hacer. Nunca olvidaré ese día, porque al entrar al lugar me topé con los integrantes de Café Tacuba y luego en los pasillos Benny Ibarra me saludó al igual que el primer cantante que tuvo Moenia. Yo estaba en shock. Claudia entonces me llevó a conocer todo el edificio y me presenté con cada uno de los que trabajaban ahí. No podía creer que hubiera entrado y conocido a los managers de mis artistas favoritos, de Laura Paussini, Alejandro Sanz, Luis Miguel, etc. Y finalmente entré a la oficina sagrada, la del presidente de la disquera, quien entonces era Iñigo Sabala, ex tecladista también del grupo “La Unión” en España.
Él estaba de espaldas en su silla, como de escena de “El Padrino”, al estilo Marlon Brando, y muy amablemente me dio la bienvenida haciéndome desde ese momento parte del equipo. Subí al área de Marketing Internacional y lo primero que me dijo Claudia fue que no recibiría paga, pero que trabajaría como todos los demás. Y así fue, durante 2 años no recibí un peso, trabajando 5 días a la semana, de 10 de la mañana a 7 de la noche. Pero conocí a increíbles personas que me enseñaron a trabajar duro, a saber qué es lo que se hacía en una disquera, cómo se manejaba un artista, y muchos otros secretos más. Mucha de la gente que estaba ahí en esa época eran monstruos de la industria, quienes debería estar en un museo de la fama o algo parecido, pues vivieron el momento al cambio de la era digital y nunca se rindieron. Muchos otros subieron poco a poco de puesto, estando ahora en puestos directivos. Otros se hicieron managers de los artistas más importantes en México hoy en día y otros como yo hicieron nuevos proyectos.
Conocí a Juan Carlos Paz y Puente y lo único que puedo decirles es que siempre lo admiré y lo seguiré haciendo. Entré a estudiar un tiempo a Fermatta para entender un poco más sobre cómo pensaba él. Así es que cuando alguien me pregunta sobre esta escuela y sobre cómo son las clases ahí, en lugar de decirles cosas malas, sólo me viene a la mente todo el recuerdo que tuve en esa época, el cual fue hermoso. Era una de las mejores escuelas del mundo musicalmente hablando. Hoy en día Juan Carlos ya no está ahí, pero sé que sigue siendo excelente. Y me siento muy orgulloso de haber podido ser parte en algún momento como alumno de ese gran proyecto, por lo cual parte de lo que soy y de lo que es IVT es gracias a haber conocido y haber estado lo más cerca que pude de gente a la cual le aprendí su manera de pensar y de luchar. Y lo mismo pasa con G Martell en México, ya que uno de mis grandes y más queridos maestros fue Gabriel Martell cuando me daba clases de Negocios Musicales. Siempre traté de ser el mejor en mi clase, pero lo más importante es que yo estaba ahí para aprender de Gabriel, quien considero un genio de los negocios y de la educación musical en Latino América. Así es que cuando alguien me pregunta sobre dicha escuela, sólo me dan ganas de contarles mis experiencias cuando estudié ahí la carrera de Ingeniería en Audio y Producción, pues aprendí de los mejores en su área, pero más que nada, sin saberlo, aprendí a cómo hacer un negocio exitoso, viviendo día a día cómo G Martell y Fermatta crecían y pasaban por conflictos en los que siempre salían victoriosos. Traté siempre de aprender de las mentes creadoras de las mejores escuelas y en regresarles el favor, haciendo mi mejor esfuerzo por ser como ellos y poniendo en práctica lo que me enseñaron.
De esa manera hay dos grandes empresarios y educadores que admiro en México, a Juan Carlos Paz y Puente y a Gabriel Martell, quienes me dieron la visión para ser el mejor y nunca dejar de luchar por mis sueños. Mi camino por otra parte siguió en Estados Unidos y en otros países. Así fue como conocí a tanta gente de la que he aprendido y de la que estoy muy, muy orgulloso, respondiendo que en lugar de ser mi competencia, son mis ídolos, mis maestros y gente a la que nunca trataré de echar tierra ni mala fe, porque sin ellos yo no estaría en donde estoy, al contrario, les deseo siempre lo mejor y cuando los veo lo hago con el cariño más grande que alguien pueda tener por todo lo que aprendí. Es así que conozco a los directores de las mejores escuelas de canto en Latino América y en el mundo, pues siempre trataré de ser su amigo y rodearme de ellos, pues aprendiendo el uno del otro es como crecemos todos, cada uno en su área y en su especialidad. De esa forma les contaré en el futuro de más y más personas que son grandes y los mejores en esta industria, a quienes quiero mucho y de quienes les contaré sus historias de éxito.
Espero que de la misma manera piensen muchas veces cuando hablan mal de alguien, de algún maestro que ha tenido éxito, alguna escuela, etc., porque por algo han llegado a estar en donde están. Todas esas personas han luchado contra cielo, mar y tierra para crear las mejores instituciones del mundo. Una cosa es que a alguien le guste el sistema, las instalaciones y la manera en la que se trabaja en un lugar en específico, y otra es decir que son malas o que sus métodos no funcionan. Créanme que siempre es mejor hacer alianzas y tener amigos que cerrarse todas las puertas envidiando a gente que lo ha hecho bien. Hay que aprender de ellos y saber qué es lo que hicieron para llegar hasta ahí y en su caso tratar de copiarlos y llegar más alto.
Les deseo un gran día y que sigan practicando mucho y luchando por sus sueños.
Eddie Robson – IVT President
Comments 4
Excelente lección de humildad Eddie, gracias por enseñarnos cada vez un poco más.
Por favor continúa estos artículos, porque son FASCINANTES.
Muchas gracias
Maestro Eddie: qué maravillosas palabras al compartir sus enseñanzas y ofrecer un ejemplo de constancia y entereza. El compartir sus vivencias y la conclusión que indica una sabia madurez. Gracias mil.
Que interesante historia pero muy cierto lo que comentas hay un momento en la vida en que uno debe luchar por sus sueños y anhelos y eso es lo que marcara la diferencia, gracias por compartir esta experiencia y tambien por todos los demas correos que me han enviado un abrazo y hasta pronto
Wow, Eddie, quizás un día escribas un libro del canto, la voz.. y ahí podrías escribir todas tus experiencias.
Gracias por compartir! Por cierto, yo moría por tomar clases con Manuel Peña pero ya nunca puso recibirme; supongo que conseguí sus datos ya tarde. En fin, qué excelentes experiencias.