Clases de Canto | Escuela de Canto

Me da mucha alegría escribir mi primer blog, sabiendo que hay una gran cantidad de temas que tratar cada semana para poder expresar mis ideas y que la gente pueda comentar. Esto lo estaré haciendo cada lunes, retomando en ocasiones algunos eventos que se hayan dado en la semana o que puedan suceder, como conciertos a los cuales tenga la oportunidad de asistir, conferencias e incluso reuniones personales con gente involucrada con el canto entre muchas otras cosas. Así es que espero que les guste esta nueva etapa de IVT en la cual trataremos de estar más cerca de todos los cantantes. De la misma manera la idea es tratar de responder por esa misma razón todas las dudas que puedan tener. Por otra parte tanto como los coaches de IVT como yo seguiremos escribiendo artículos que tratarán más los temas técnicos de la voz, siendo ahora este blog el espacio para contar nuestras historias y todo lo que pasa en el mundo del canto.

En esta primera etapa escribiré sobre el tema del que más se habla en IVT en los últimos días dando mis opiniones, y es acerca de los reality shows, tanto de “La Voz México” como de “La Academia” u otro formato parecido. Trataré de ser objetivo retomando todos los elementos que pueda tener, sin embargo, en el canto la subjetividad es una de las cosas que jamás podremos evitar, es decir, que ni Pavarotti ni Michael Jackson o el cantante que consideren más importante en la historia le podía gustar a todos. Y de la misma manera pasa con los participantes en las diferentes empresas de entretenimiento.

Hace algún tiempo tuve la gran oportunidad de ser jurado en la primera etapa del reality show “Latin American Idol”, siendo invitado por mi gran amigo y colega argentino Sebastián Mellino, quien dirigía el casting del programa. La experiencia fue inolvidable porque yo iba con toda la intensión de poner en práctica mi experiencia habiendo escuchado a cientos de cantantes en mi vida profesional como vocal coach. Recuerdo haber estado muy nervioso de saber que escucharía a miles de personas y tendría que decirles que sí o que no pasaban a la siguiente ronda. Créanme que si hay algo difícil para mí es poderle romper las ilusiones y los sueños a alguien, porque ese es mi verdadero trabajo y mi forma de vivir. Así es que no sabía qué pasaría en ese momento cuando el primer participante se parara frente a mí y comenzara a cantar, pues según las indicaciones de la producción tenía que ser rápido y conciso porque de lo contrario todo se atrasaría.

Y llegó el momento, pero algo muy importante pasó antes. Uno de los otros jueces, al cual yo conocía de vista por su trabajo en el medio artístico, empezó primero que yo y rápidamente lo pude ver. Lamentablemente el participante que estaba en ese momento haciendo su casting estaba muy nervioso (como pasa con el 99% de la gente) y no lo hizo muy bien. Pero lo importante del asunto es que escuché la conversación entre ambo:

Juez – ¡Hasta ahí! (de manera poco amigable y sin decir gracias)

Participante – Perdón, es que estoy un poco nervioso (casi temblando con cara de tristeza por no haberlo hecho muy bien).

Juez – Eso es todo, gracias.

Participante - ¿Puedo cantar si quiere otra canción?

Juez – No, eso es todo por el momento (como si estuviera enojado).

Hasta ahí llegó la conversación y prácticamente eso se repetía en todas las personas que pasaban. Fue ahí cuando tuve unos segundos para pensar en mi estrategia, considerando cómo me sentía yo cada vez que iba a un casting como participante y un juez me decía lo mismo. No olvido que siempre era igual, como si estuvieran todos hechos a la medida. Lo único que yo quería en esos momentos cuando iba buscando mi sueño tal vez no era ser el más famoso ni el más rico, lo que yo quería era demostrarle a todos los que nunca habían creído en mí y a los que sí lo habían hecho que podía lograrlo, pero sobre todo a mí mismo. Era demostrarme que no había barreras, que los sueños sí podían hacerse realidad y que yo podía ser el representante de esos sueños para muchas otras personas que viven buscando esos momentos. Pero cada vez que me decían “¡Hasta ahí!”, de mala forma y como si yo no valiera nada, destruían todas esas ilusiones, por lo menos en ese momento.

Así es que me senté en mi silla, vi la cola que me esperaba y le dije al primero que estaba formado que pasara. Comenzó a cantar y no lo hizo muy bien por el gran traidor de la mayoría de los cantantes sin experiencia, los nervios. Fue un momento crucial porque no sólo era por el muchacho lo que diría, sino por mí y por todos los cantantes del mundo. En ese momento me hice uno de ellos. Y mi respuesta fue un poco diferente a la que yo siempre había escuchado: “Muchas gracias, con eso es suficiente Alfredo (aún recuerdo su nombre). Antes que nada y que te dé una respuesta quiero agradecerte por hacer mi día mejor y por cambiarme la vida de alguna forma (en verdad lo hizo porque como les comenté, aún recuerdo su nombre y ese momento). Hoy desafortunadamente tú sabes que los nervios te traicionaron, pero eso es experiencia, así es que hazme una promesa, no vas a dejar de cantar, te vas a preparar lo más que puedas y vas a demostrarte que esos nervios nunca más te detendrán. Vas a volver la próxima vez y quiero verte el año que viene en las siguientes rondas. Y gracias nuevamente por tratar de cambiar la historia con tu voz, confía en ti y yo lo haré también. Fue un placer escucharte, hasta luego Alfredo y muchas gracias nuevamente.”

Alfredo me prometió que lo haría, me dio las gracias con una cara diferente a la que había visto con el otro juez y yo me sentí pleno de haber dicho eso aunque me tardara 1 minuto más que los otros jueces. Obviamente me pidieron a la mitad del día que fuera más concreto y más rápido, pero yo traté de ser igual y decir lo que sentía. Hubo gente que lloró, gente que rió, gente nostálgica, melancólica y hasta quien se subió en mi mesa para hacer su show, pero lo más importante y a lo que deseaba llegar con esta historia, es que los reality shows antes que nada son un negocio y deben recordar que los jueces o las personas de producción que eligen a los participantes tienen un interés que rige la manera en la que trabajan y deciden las cosas, el rating. Y muchas veces (la mayoría) esos jueces no son elegidos por la empresa para ser buenos con los concursantes ni para hacerles creer en sus sueños. Así es que eso no les importa, lo que les interesa es quién cantó bien, o quién hace buen show, o quién por alguna razón, ya sea por su físico, por su comportamiento, etc., les dará más rating para que más empresas inviertan en publicidad para el programa.

Es por eso que tampoco los concursantes de estos programas deben hacerse ilusiones de tener un contrato con alguna disquera y pensar que por el hecho de haber salido en televisión su vida como profesionales está resuelta. Déjenme decirles que eso no pasa. De todos los participantes que he visto en estos programas no he escuchado a más de cinco que hayan tenido un disco exitoso a nivel nacional, y creo que eso es mucho. Porque regreso a lo mismo, una vez que el artista no da rating, para la empresa no existe.

Una de las cosas que sí me da gusto es que ahora los formatos como “La Voz México” tienen un perfil para los jueces distinto a “La Academia” o “American Idol”, ya que no lastiman a los concursantes diciéndoles que lo hacen mal. Es obvio que si lo hicieran muy bien no estarían ahí, serían cantantes firmados por disqueras con un gran éxito. Claro que van a tener muchas fallas, ya sea vocales, de imagen, de expresión escénica, etc. El cantar en vivo en televisión es uno de los retos más difíciles para cualquier cantante. Yo en lo personal trato de no ver las partes en donde el jurado despedaza a los muchachos, donde les dicen que es lo peor que han escuchado, donde los humillan y en lugar de incrementar su pasión por cantar la aniquilan. En cambio me gustan los comentarios positivos en donde se les incita a seguir luchando por ese sueño, dándoles algunos tips para que puedan mejorar, porque incluso ni ellos cambiarán las cosas malas, serán los entrenadores detrás de cámaras, así es que creo que ellos (los entrenadores) son los que deben de enfocarse en esos aspectos. Yo no iba a decirle a Alfredo que estaba en una escala de DO y que había hecho un FA#, o que su laringe no estaba estable, o que su cuerda no cerraba correctamente. ¡Eso fue irrelevante! Lo importante es que él siga cantando ahora para cambiar vidas, para crear emociones.

Al final del día sé que a ninguno de los jueces nos olvidarán, pero en mi caso estoy seguro que será porque incrementé sus ganas y su pasión por hacer lo que siempre soñó, y en el caso de los demás jueces estoy seguro que será porque rompió las ilusiones que pudieron haber dado a un gran artista en algunos años. Y digo que estoy seguro porque así me pasó a mí, y no olvido a todos esos jueces que me trataron como un número que les daba rating y no como un joven que creía poder cambiar la historia. Por esa razón pueden ver en las diferentes revistas de espectáculos el rating que tiene cada programa y relacionar el éxito con incrementar los sueños y no por destruirlos. Hay una gran diferencia entre un programa con más de 30 puntos de rating a uno con menos de 10.

Como conclusión quiero pedirles que vayan a todos los castings para tomar experiencia frente a ese tipo de jueces, pero sobre todo nunca dejen de creer en ustedes mismos, en que los sueños se hacen realidad si los buscan con todo el corazón. Apoyen a los jóvenes de los reality shows si pueden, porque estoy seguro que ustedes también estarán en esa situación en algún momento y entre cantantes nos tenemos que apoyar, pues no hay muchas personas que lo hagan, al contrario, la mayoría no creerá en ustedes y les pondrá barreras para triunfar. Sé lo que significa porque lo viví muchos años, y por esa razón es que fundé IVT con un sueño, el que todos los cantantes pudieran seguir soñando teniendo un lugar en donde ser escuchados y en donde cambiar la historia.

Espero que les haya gustado esta primera inspiración en el blog de IVT y que puedan comentar para seguir mejorando. Les pido que den ideas para que nosotros trabajemos más duro a su favor y que podamos ayudarlos lo más que podamos. Para eso está una nueva sección que abrimos en el menú principal de la página dentro de “MY VOICE”. Ahí está una pestaña para poner sugerencias. Pongan lo que desean que IVT pueda mejorar para beneficiarlos a ustedes y a todos los cantantes, y voten por las mejores sugerencias, ya que las mejores las haremos realidad.

Les mando un gran saludo y gracias por ser parte de IVT, recordando que no sólo somos una escuela o una agencia de canto, somos una filosofía y una familia, donde lo importante no es el rating, sino los sueños para crear leyendas.